Sylvain L., EHS

Tomé conciencia de mi EHS hace ya 23 años, a raíz del uso de un teléfono celular proporcionado por mi empleador. En menos de un mes de uso, me quedé sordo del oído sobre el que apoyaba el aparato.

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Trabajé en un entorno donde las instalaciones eléctricas de alta tensión eran omnipresentes. Por esa razón, estuve sobreexpuesto a campos electromagnéticos fuertes durante más de 25 años.

Durante los últimos años de trabajo, los routers inalámbricos, los amplificadores de señal Wi-Fi y de celulares invadieron mi espacio laboral. Luego, en el último año antes de tener que dejar el trabajo por razones de salud, estuve de baja médica durante los últimos 6 meses debido a que mi próstata estaba extremadamente inflamada. Fui dos veces a urgencias para vaciar mi vejiga con un catéter de 14 pulgadas. Después de esa segunda visita, tuve que llevar una sonda con bolsa durante una semana con medicación, y luego aprendí a sondarme solo. Solo más tarde me di cuenta de que mi próstata se inflamaba a causa de las ondas.

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En los últimos cinco años, las microondas producidas por las tecnologías inalámbricas han aumentado de forma fenomenal, creando un gran malestar en mi vida cotidiana. La mejor manera de poder funcionar sin sufrir es protegerme con ropa de blindaje. El elemento más distintivo de mi atuendo es el casco que llevo, que identifica mi condición de EHS y ayuda a concienciar a la gente sobre los efectos potencialmente negativos de estas tecnologías.

 

Llevar este casco es algo muy particular. No paso desapercibido, para nada. La gente reacciona de muchas maneras distintas, las percepciones varían. En general, prevalece la curiosidad. Según el contexto y el lugar, algunos se ríen por diversión o por burla; otros tienen un enfoque comprensivo, preguntan las razones y a veces hacen paralelismos con sus propias experiencias o las de su entorno. Algunos miran, juzgan negativamente y se van. Otros sienten miedo y huyen. Incluso aquellos que al principio son agresivos pueden cambiar rápidamente su percepción a mi favor. Con el tiempo, me he acostumbrado a llevar el casco. Casi se ha convertido en una prenda más.

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Sylvain L.